¿Qué podemos hacer para cuidar la voz?
Esta es la principal y la forma más frecuente de comunicación entre las personas.
Sin embargo, como damos por sentado su disponibilidad no siempre le damos los cuidados que requiere, ya que cualesquiera de sus componentes están expuestos a sufrir daños debido a enfermedades o a su abuso.
Por su enorme importancia, a continuación, te damos algunos consejos. Los que están orientados a lo que podemos hacer para cuidar la voz y este saludable toda nuestra vida.
Desde el punto de vista laboral
Como ya se dijo, la voz es la manera de comunicación por excelencia entre las personas. Pero más allá, para 1 de cada 3 personas le es indispensable. Bien sea para el desempeño de su profesión o como expresión artística.
Entre los profesionales que dependen de la voz están abogados, comerciantes, cantantes, docentes, entre muchos otros. Una enfermedad de cualquier tipo que haga que la voz no tenga la calidad adecuada les será muy perjudicial.
Consejos de qué podemos hacer para cuidar la voz
La voz se puede ver afectada por muchos factores además de enfermedades. La mayoría se asocian a abusos y descuido. Un ejemplo de ello es hablar durante largos periodos sin darle el suficiente descanso. Incluso gritar durante un prolongado tiempo pueden ser causa de ronquera, irritación y hasta perdida de la voz.
Es por ello por lo que a continuación te damos algunos consejos para cuidar la voz.
Evitar los excesos al hablar
Implica que debes limitar el uso del teléfono, conversaciones, etc. Se recomienda hablar un tiempo medio máximo de 4 horas diarias. También se sugiere hacer descansos de 15 a 20 minutos durante 3 veces al día.
Mantener una buena hidratación
Entre las causas de las molestias de la voz está la resequedad en la garganta y las cuerdas vocales. Por lo que estas siempre deben estar bien hidratadas. Por lo que lo mejor es seguir el consejo de consumir al menos 2 litros de agua diarios.
No hablar poco aire en los pulmones
Esto sucede cuando hablas con el resto del aire de los pulmones al expirar. Esto se nota porque se hinchan las venas del cuello por el esfuerzo y se tiene una sensación de ahogo. Por lo general ocurre al hablar atropelladamente.
No exponerse a lugares con sustancias irritantes para la garganta
Esta exposición perjudica en gran manera a las cuerdas vocales. Ejemplos de estos lugares a son cuando hay mucho humo o polvo y siendo un fumador tanto activo como pasivo.
Evitar el carraspeo
Esta acción provoca esfuerzos altamente traumáticos para las cuerdas vocales por su fuerza y violencia. Así que lo mejor es que elimines esta costumbre.
Evitar lugares que tengan ruidos de alto volumen
El hablar en estas circunstancias, te obliga a alzar la voz forzándola. Esto reviste mayor gravedad si se hace por periodos prolongados y de manera continua.
Estas medidas tienen un carácter preventivo que disminuirán el riesgo de molestias en tu voz. Sin embargo, se deben complementar con la revisión periódica de tu médico de confianza, un otorrinolaringólogo o un foniatra.
Debes asistir a la consulta médica si presentas síntomas como ronquera o disfonía si no estás acatarrado.
Sin embargo, como damos por sentado su disponibilidad no siempre le damos los cuidados que requiere, ya que cualesquiera de sus componentes están expuestos a sufrir daños debido a enfermedades o a su abuso.
Por su enorme importancia, a continuación, te damos algunos consejos. Los que están orientados a lo que podemos hacer para cuidar la voz y este saludable toda nuestra vida.
Desde el punto de vista laboral
Como ya se dijo, la voz es la manera de comunicación por excelencia entre las personas. Pero más allá, para 1 de cada 3 personas le es indispensable. Bien sea para el desempeño de su profesión o como expresión artística.
Entre los profesionales que dependen de la voz están abogados, comerciantes, cantantes, docentes, entre muchos otros. Una enfermedad de cualquier tipo que haga que la voz no tenga la calidad adecuada les será muy perjudicial.
Consejos de qué podemos hacer para cuidar la voz
La voz se puede ver afectada por muchos factores además de enfermedades. La mayoría se asocian a abusos y descuido. Un ejemplo de ello es hablar durante largos periodos sin darle el suficiente descanso. Incluso gritar durante un prolongado tiempo pueden ser causa de ronquera, irritación y hasta perdida de la voz.
Es por ello por lo que a continuación te damos algunos consejos para cuidar la voz.
Evitar los excesos al hablar
Implica que debes limitar el uso del teléfono, conversaciones, etc. Se recomienda hablar un tiempo medio máximo de 4 horas diarias. También se sugiere hacer descansos de 15 a 20 minutos durante 3 veces al día.
Mantener una buena hidratación
Entre las causas de las molestias de la voz está la resequedad en la garganta y las cuerdas vocales. Por lo que estas siempre deben estar bien hidratadas. Por lo que lo mejor es seguir el consejo de consumir al menos 2 litros de agua diarios.
No hablar poco aire en los pulmones
Esto sucede cuando hablas con el resto del aire de los pulmones al expirar. Esto se nota porque se hinchan las venas del cuello por el esfuerzo y se tiene una sensación de ahogo. Por lo general ocurre al hablar atropelladamente.
No exponerse a lugares con sustancias irritantes para la garganta
Esta exposición perjudica en gran manera a las cuerdas vocales. Ejemplos de estos lugares a son cuando hay mucho humo o polvo y siendo un fumador tanto activo como pasivo.
Evitar el carraspeo
Esta acción provoca esfuerzos altamente traumáticos para las cuerdas vocales por su fuerza y violencia. Así que lo mejor es que elimines esta costumbre.
Evitar lugares que tengan ruidos de alto volumen
El hablar en estas circunstancias, te obliga a alzar la voz forzándola. Esto reviste mayor gravedad si se hace por periodos prolongados y de manera continua.
Estas medidas tienen un carácter preventivo que disminuirán el riesgo de molestias en tu voz. Sin embargo, se deben complementar con la revisión periódica de tu médico de confianza, un otorrinolaringólogo o un foniatra.
Debes asistir a la consulta médica si presentas síntomas como ronquera o disfonía si no estás acatarrado.
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