¿Cómo utilizar correctamente los antihistamínicos?
Un antihistamínico se encarga de regular la hipersensibilidad del cuerpo hacia algunos agentes externos que puedan causar amenazas o algún tipo de reacción.
Como su nombre dice los antihistamínicos se encargan de que esta sustancia no se presente cuando se tenga contacto con algún alérgeno. Va directamente al receptor asociado a la somnolencia y vaso dilatador, por lo que es muy común que al ingerirlos se produzca sueño.
Uso del antihistamínico
Las alergias son muy frecuentes, sobre todo en lugares donde las estaciones son cambiantes y se siente la diferencia en el clima de manera extrema. La manera correcta de usar cualquier medicamento y en especial los antihistamínicos es bajo vigilancia médica.
Ventajas de emplear los antihistamínicos
Todo aquel que haya tenido un ataque alérgico ante cualquier agente al que su cuerpo presente una reacción adversa, siente un alivio inmediato al tomar antihistamínicos.
Los elementos más comunes a los que las personas son alérgicas son el polen, los ácaros, los cacahuetes, la lactosa o cualquier otro que no pueda ser procesado por el organismo.
Ayudarse usando un tratamiento preventivo antes de que comience una estación como la primavera y el polen se encuentre en abundancia en el ambiente, es una forma ventajosa de usar los antihistamínicos.
Se pueden emplear en casos de mareos al viajar en coche, avión o barco, ya que frenan los estímulos de la información espacial del cuerpo al cerebro, lo que se encuentra en el oído medio.
Además, evita que el exceso de estímulos colinérgicos se genera calmando las náuseas y relajando a las personas durante un viaje.
Perjuicios por el uso de antihistamínicos
Puede llegar a ser adictivo si se usa durante periodos prolongados para conciliar el sueño. No se recomienda utilizar antihistamínicos cuando se necesita estar en un estado de alerta, como lo es cuando se conduce un vehículo y se necesita tener los reflejos activados.
Si se está en tratamiento con este tipo de medicamento se debe tener en cuenta que la cafeína no elimina la somnolencia de los antihistamínicos.
Tampoco se recomienda usar en niños menores de 12 años o personas muy mayores. Además, si se utilizan con frecuencia en dosis inadecuadas pueden llegar a producir una reacción adversa o incluso fatal.
Debido al hecho de que es un producto que a medida que se use con más frecuencia menos efecto hace en el organismo, pueden tener otros efectos secundarios en adultos mayores. Entre ellos está la boca seca, sudores, visión borrosa, taquicardia, alucinaciones entre otros.
Esto se debe a que son fármacos que con el tiempo desarrollan tolerancia, y no deben ser utilizados en abundancia y sin una correcta vigilancia de tu médico.
Ante cualquier necesidad de usar un medicamento para curar alergias, como un antihistamínico lo más recomendable es que sea después de visitar al médico y que sea quien lo recete.
Aunque muchos de estos medicamentos se venden sin prescripción de un especialista médico, es fundamental no excederse con la dosis cuando se toma con mucha frecuencia para evitar la adicción al medicamento, lo cual terminaría en un cuadro clínico peor.
Como su nombre dice los antihistamínicos se encargan de que esta sustancia no se presente cuando se tenga contacto con algún alérgeno. Va directamente al receptor asociado a la somnolencia y vaso dilatador, por lo que es muy común que al ingerirlos se produzca sueño.
Uso del antihistamínico
Las alergias son muy frecuentes, sobre todo en lugares donde las estaciones son cambiantes y se siente la diferencia en el clima de manera extrema. La manera correcta de usar cualquier medicamento y en especial los antihistamínicos es bajo vigilancia médica.
Ventajas de emplear los antihistamínicos
Todo aquel que haya tenido un ataque alérgico ante cualquier agente al que su cuerpo presente una reacción adversa, siente un alivio inmediato al tomar antihistamínicos.
Los elementos más comunes a los que las personas son alérgicas son el polen, los ácaros, los cacahuetes, la lactosa o cualquier otro que no pueda ser procesado por el organismo.
Ayudarse usando un tratamiento preventivo antes de que comience una estación como la primavera y el polen se encuentre en abundancia en el ambiente, es una forma ventajosa de usar los antihistamínicos.
Se pueden emplear en casos de mareos al viajar en coche, avión o barco, ya que frenan los estímulos de la información espacial del cuerpo al cerebro, lo que se encuentra en el oído medio.
Además, evita que el exceso de estímulos colinérgicos se genera calmando las náuseas y relajando a las personas durante un viaje.
Perjuicios por el uso de antihistamínicos
Puede llegar a ser adictivo si se usa durante periodos prolongados para conciliar el sueño. No se recomienda utilizar antihistamínicos cuando se necesita estar en un estado de alerta, como lo es cuando se conduce un vehículo y se necesita tener los reflejos activados.
Si se está en tratamiento con este tipo de medicamento se debe tener en cuenta que la cafeína no elimina la somnolencia de los antihistamínicos.
Tampoco se recomienda usar en niños menores de 12 años o personas muy mayores. Además, si se utilizan con frecuencia en dosis inadecuadas pueden llegar a producir una reacción adversa o incluso fatal.
Debido al hecho de que es un producto que a medida que se use con más frecuencia menos efecto hace en el organismo, pueden tener otros efectos secundarios en adultos mayores. Entre ellos está la boca seca, sudores, visión borrosa, taquicardia, alucinaciones entre otros.
Esto se debe a que son fármacos que con el tiempo desarrollan tolerancia, y no deben ser utilizados en abundancia y sin una correcta vigilancia de tu médico.
Ante cualquier necesidad de usar un medicamento para curar alergias, como un antihistamínico lo más recomendable es que sea después de visitar al médico y que sea quien lo recete.
Aunque muchos de estos medicamentos se venden sin prescripción de un especialista médico, es fundamental no excederse con la dosis cuando se toma con mucha frecuencia para evitar la adicción al medicamento, lo cual terminaría en un cuadro clínico peor.
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