El diagnóstico y la determinación de la etapa del cáncer óseo dependen de varios factores.

Los síntomas iniciales y causas del cáncer de huesos

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El cáncer de huesos es uno de los tipos de sarcoma menos frecuentes, pero, desafortunadamente, se está volviendo más común en los últimos años. Según los datos más recientes de Statista, en 2022, 356 personas perdieron la vida en España a causa de esta enfermedad. A pesar de su relativa rareza, la incidencia de este tipo de cáncer ha mostrado un aumento, similar al de otros tipos de tumores malignos en el país.

Este tipo de cáncer se origina cuando las células en los huesos comienzan a proliferar de manera descontrolada. Generalmente, se inicia en el fémur, aunque no es exclusivo de este hueso y puede desarrollarse en otras partes del sistema óseo. A pesar de ser poco frecuente, existen varios tipos de cáncer óseo, algunos más prevalentes en niños y otros en adultos, según señala el portal médico Mayo Clinic.

Los primeros síntomas de cáncer de huesos pueden variar, pero los más comunes incluyen dolor en los huesos, hinchazón y sensibilidad en la zona afectada, debilitamiento óseo que puede llevar a fracturas, cansancio inexplicable y pérdida de peso sin razón aparente. Estos síntomas pueden confundirse con otras afecciones menos graves, por lo que es importante consultar a un médico si persisten.

La causa principal de este tipo de cáncer se debe a un cambio en el ADN de las células óseas, lo que provoca que estas se dividan de manera anormal. Aunque aún no se entienden completamente las causas exactas, se sabe que ciertos factores genéticos y condiciones preexistentes pueden jugar un papel clave en su desarrollo.

Tipos comunes de cáncer de huesos

De acuerdo con Mayo Clinic, existen varios tipos de cáncer de huesos, cada uno con características particulares. Entre los más comunes se encuentran:

  • Sarcoma de Ewing: Este tipo de cáncer afecta tanto a los huesos como a los tejidos blandos que los rodean. Es más frecuente en niños y adultos jóvenes. Aunque puede desarrollarse en cualquier hueso, generalmente se presenta en las piernas o en la pelvis.

  • Osteosarcoma: Este es el cáncer óseo más común y se origina en las células que forman el hueso. Es más frecuente en adolescentes y jóvenes adultos, pero también puede diagnosticarse en niños y adultos mayores. Generalmente afecta los huesos largos de las piernas, aunque en algunos casos también puede presentarse en los brazos o incluso en los tejidos blandos fuera del hueso.

  • Condrosarcoma: Este tipo de cáncer afecta los huesos, pero ocasionalmente puede desarrollarse también en los tejidos blandos. Normalmente se presenta en la pelvis, la cadera o el hombro. Es más común en adultos de mediana edad o personas mayores.

Los factores de riesgo para desarrollar cáncer de huesos incluyen la presencia de síndromes genéticos raros, como el síndrome de Li-Fraumeni, que está asociado con la presencia de tumores debido a un defecto en el gen supresor de tumores, o el retinoblastoma, un tipo de cáncer ocular hereditario. Además, afecciones óseas como la enfermedad de Paget o la displasia fibrosa también pueden aumentar el riesgo de desarrollar osteosarcoma.

Otro factor importante es el tratamiento previo con radioterapia o quimioterapia para otros tipos de cáncer, lo cual puede incrementar las probabilidades de desarrollar cáncer óseo en el futuro.

Según la Asociación Española Contra el Cáncer, actualmente no existe una manera eficaz de prevenir el cáncer de huesos, debido a que la mayoría de los casos de osteosarcomas y otros tumores óseos aparecen de manera espontánea y están estrechamente relacionados con factores genéticos. Aunque algunos factores de riesgo, como la exposición a radiación o ciertas condiciones médicas, pueden ser controlados, la mayoría de los cánceres óseos se desarrollan sin una causa aparente.

El diagnóstico y la determinación de la etapa del cáncer óseo dependen de varios factores, tales como:

  • El tamaño y la ubicación del tumor.

  • La velocidad de crecimiento del tumor.

  • La extensión del cáncer, es decir, si se ha diseminado a otros huesos o incluso a otros órganos.

  • Si el cáncer ha afectado a los ganglios linfáticos u otras partes del cuerpo.

Conocer la etapa de la enfermedad es crucial para decidir el tratamiento adecuado y evaluar el pronóstico del paciente.

En conclusión, el cáncer de huesos es una enfermedad compleja y poco común, pero cuya incidencia está en aumento. Aunque no se puede prevenir en su mayoría, la investigación sobre sus causas y tratamientos continúa avanzando. La detección temprana y el tratamiento adecuado son clave para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.

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