Qué es la Discalculia, qué tipos de discalculia hay y cuál es el tratamiento
El aumento de los trastornos del aprendizaje en España se ha convertido en una preocupación significativa. Según el último informe anual del Sistema Nacional de Salud, elaborado por el Ministerio de Sanidad, estos problemas han crecido un 26,6% desde 2019, afectando a 29 de cada 1.000 estudiantes en etapas de infancia y adolescencia. Este escenario plantea grandes desafíos para las familias y los docentes, quienes enfrentan la falta de herramientas y recursos adecuados para abordar la situación.
En paralelo, los datos de Eurostat destacan que España ocupa el segundo lugar en la Unión Europea en cuanto a abandono escolar prematuro, solo detrás de Rumanía. Este fenómeno afecta a jóvenes entre 18 y 24 años que abandonan la educación o formación antes de tiempo. Este hecho subraya la necesidad de adoptar medidas urgentes para reducir la tasa de deserción y evitar sus consecuencias negativas a largo plazo.
Uno de los trastornos más relevantes y menos comprendidos es la discalculia, una dificultad específica del aprendizaje matemático. Este trastorno afecta entre el 3.5% y el 6.5% de los estudiantes, según investigaciones de Butterworth, Varma y Laurillard (2011) y Geary (2011). Estas cifras son similares a las de la dislexia, pero su detección temprana suele ser más complicada.
La identificación precoz de la discalculia plantea diversas interrogantes: ¿Por qué es difícil detectarla? ¿Cuáles son sus principales características?
La psicología del desarrollo nos ha proporcionado conocimientos esenciales para entender el sentido numérico, una habilidad innata. Desde el nacimiento, los bebés poseen habilidades matemáticas informales, como identificar si hay más o menos elementos en diferentes conjuntos (Canfield y Smith, 1996; Saxe, 1991; Starkey, 1992; Wynn, 1996). Estas competencias básicas incluyen la capacidad de sumar o restar visualmente elementos.
En el ámbito de la neurociencia, el modelo de Triple Código de Dehaene (2003) se considera una referencia clave para explicar los procesos numéricos implicados en la resolución de problemas matemáticos. Estudios recientes indican que, en casos de discalculia, existe una alteración en el sentido numérico, lo que dificulta la habilidad de cuantificar, comparar cantidades y desarrollar competencias numéricas más complejas (Cordes y Brannon, 2008).
Síntomas: claves para una detección temprana
La discalculia puede detectarse en edades tempranas si se presta atención a ciertos síntomas, tanto en educación infantil como primaria:
Educación Infantil:
No seguir un orden al contar.
Dificultades para comparar cantidades en dos conjuntos.
Problemas para realizar sumas o restas mentales simples.
Educación Primaria:
Uso excesivo de los dedos para contar.
Dificultad para realizar cálculos aproximados.
Errores al transcribir números dictados.
Ansiedad o rechazo hacia tareas matemáticas debido al sentimiento de fracaso.
Aunque el 20% de los estudiantes presenta habilidades matemáticas limitadas, solo entre el 4% y el 14% son diagnosticados con una dificultad específica del aprendizaje matemático, como la discalculia del desarrollo (Shalev, 2005; Butterworth, 2010). Las dificultades matemáticas pueden variar desde problemas en las habilidades básicas hasta áreas avanzadas como el álgebra y la geometría. Por ello, es fundamental diferenciar entre problemas generales y aquellos vinculados al procesamiento numérico.
La discalculia frecuentemente se presenta junto con otros trastornos del neurodesarrollo. Estudios muestran que tiene una prevalencia del 17% con la dislexia, del 26% con el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y también puede asociarse con alteraciones cromosómicas.
Diagnóstico y tratamiento de la discalculia
El diagnóstico de la discalculia requiere una evaluación neuropsicológica exhaustiva que considere capacidades intelectuales, funciones atencionales y habilidades numéricas. Posteriormente, el tratamiento debe incluir una intervención psicopedagógica especializada, enfocada en:
Desarrollar la conciencia numérica.
Comprender el sistema decimal (unidades, decenas y centenas).
Mejorar la línea numérica mental y las operaciones básicas.
Fomentar el lenguaje matemático y la resolución de problemas.
La discalculia, aunque menos conocida que otros trastornos, tiene un impacto significativo en el aprendizaje y la autoestima de los estudiantes. Detectarla y abordarla de manera temprana es esencial para garantizar que los niños y niñas reciban el apoyo necesario. Tanto familias como profesores deben estar atentos a las señales de alerta y buscar la ayuda de especialistas para proporcionar una educación inclusiva y efectiva.