¿Qué es un drenaje linfático y para qué sirve?
El drenaje linfático es un tipo de masaje especial que actúa sobre los vasos linfáticos.
Este tratamiento tiene como finalidad, mejorar la circulación del sistema linfático promoviendo la eliminación de líquido intersticial.
A causa del ritmo de vida y la alimentación que las personas llevan en la actualidad, algunas funciones del cuerpo se ven alteradas, por lo que nuestro organismo no puede eliminar y filtrar de manera correcta las toxinas. Como solución a estos problemas, aparece el drenaje linfático.
En qué consiste el drenaje linfático
El drenaje linfático es un masaje repetitivo y suave. Su ritmo tiende a ser más lento que los masajes tradicionales y no se utilizan productos como cremas o aceites, para que la linfa pueda activarse con mayor facilidad.
Por lo general, se recomiendan ciclos que consiste en 2 a 3 sesiones a la semana con una duración de 2 a 4 meses en total. Sin embargo, estas indicaciones varían dependiendo del caso y la gravedad.
Beneficios del drenaje linfático
El sistema linfático cumple dos funciones: depurar y eliminar las toxinas y proteger al organismo de virus, bacterias y otras sustancias extrañas.
El drenaje permite mover los líquidos del organismo mientras promueve la eliminación de toxinas.
Entre sus principales beneficios encontramos:
Promueve la reabsorción de líquidos.
Disminuye la inflamación.
Mejora las defensas del organismo.
Funciona como analgésico frente al dolor.
Para qué sirve
El drenaje linfático tiene muchas aplicaciones y puede utilizarse para diversas enfermedades y trastornos. Entre estas se encuentran las siguientes:
En los casos de un edema de origen oncológico. Lo más frecuente es en los casos de cáncer de mama, ya que este tipo de cáncer afecta de manera directa al sistema linfático.
Cuando hay una mala circulación sanguínea y que, como consecuencia, se hayan producido varices.
Edemas producidos por una intervención quirúrgica.
Edemas producidos por un traumatismo como un golpe o una caída.
En el caso de retención de líquidos a consecuencia de problemas renales.
Edemas que se producen durante el embarazo.
Cuando se nota pesadez y fatiga en sus piernas.
Existen algunas enfermedades en las que no se recomienda aplicar este método porque se podría complicar el estado que tenga la persona. Estas enfermedades son:
Tumores malignos con metástasis extendida.
Cuando se observa una infección aguda. El drenaje linfático puede favorecer la expansión de la infección.
En las situaciones en las que se observe una trombosis.
Cuando tenga insuficiencia cardiaca.
En las situaciones en las que tenga un ataque de asma.