No llevar a cabo esta rutina, un riesgo para la salud cardiovascular
Un reciente estudio realizado por el Instituto de Investigación y Departamento de Pediatría del Hospital Infantil del Este de Ontario, en colaboración con la Universidad de Ottawa, ha revelado una conexión significativa entre la irregularidad en los ciclos de sueño-vigilia y un mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares graves, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Sorprendentemente, este riesgo se mantiene incluso en personas que cumplen con las horas recomendadas de sueño nocturno.
Los resultados, publicados en la prestigiosa revista científica 'Journal of Epidemiology & Community Health', ponen de manifiesto que la consistencia en los patrones de sueño podría ser un factor más determinante para la salud cardiovascular que la simple cantidad de horas dormidas.
El estudio analizó la información de 72.269 participantes de entre 40 y 79 años que formaron parte del proyecto UK Biobank. Ninguno de los participantes presentaba antecedentes de eventos cardiovasculares importantes al inicio del estudio. Para medir la regularidad del sueño, cada persona utilizó un rastreador de actividad durante siete días, cuyos datos permitieron calcular el Índice de Regularidad del Sueño (SRI).
El SRI es una herramienta que mide la consistencia de los patrones de sueño de una persona, considerando aspectos como los horarios de acostarse y despertarse, además de la duración del sueño. En este análisis, los participantes con una puntuación superior a 87 fueron clasificados como durmientes regulares, mientras que quienes obtuvieron una puntuación inferior a 72 fueron considerados durmientes irregulares.
Durante los ocho años de seguimiento, se recopilaron datos sobre muerte cardiovascular, infarto, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular entre los participantes. Tras ajustar variables como edad, actividad física, consumo de alcohol y tabaco, los investigadores concluyeron que:
Las personas con patrones de sueño irregulares tenían un 26 % más de riesgo de sufrir un evento cardiovascular importante en comparación con quienes mantenían un sueño regular.
Aquellos con un sueño moderadamente irregular mostraron un aumento del 8 % en el riesgo.
Estos hallazgos refuerzan la idea de que la regularidad del sueño juega un papel crucial en la prevención de enfermedades cardiovasculares, más allá de simplemente dormir entre 7 y 9 horas por noche.
La importancia del Índice de Regularidad del Sueño (SRI)
El Índice de Regularidad del Sueño (SRI) ha ganado atención como una medida clave para evaluar los patrones de sueño. Este índice no solo considera cuánto tiempo se duerme, sino también la consistencia de los horarios de descanso. Una puntuación alta refleja una rutina estable, mientras que una puntuación baja indica cambios frecuentes en los horarios de sueño, lo que puede tener consecuencias negativas para la salud.
Los resultados subrayan la importancia de promover la regularidad del sueño como un componente esencial de las recomendaciones de salud pública. Según los investigadores, mantener horarios consistentes para acostarse y despertarse podría ser incluso más relevante que alcanzar el número de horas sugerido por las pautas actuales.
Consejos para mejorar la regularidad del sueño
Establecer horarios fijos: Irse a la cama y despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
Evitar la estimulación antes de dormir: Limitar el uso de dispositivos electrónicos y optar por actividades relajantes antes de acostarse.
Crear un ambiente ideal para el sueño: Mantener el dormitorio oscuro, fresco y libre de ruidos.
Controlar el consumo de sustancias: Reducir la ingesta de cafeína, alcohol y comidas copiosas en las horas previas al descanso.
Incorporar actividad física: Hacer ejercicio regularmente, pero no demasiado cerca de la hora de dormir.
Los investigadores reconocen ciertas limitaciones en el diseño del estudio. Por ejemplo, los patrones de sueño se evaluaron únicamente durante una semana, lo que podría no reflejar los hábitos a largo plazo. Además, la población del UK Biobank puede no ser completamente representativa de otros grupos demográficos.
A pesar de estas limitaciones, los hallazgos destacan la necesidad de considerar la regularidad del sueño como un aspecto central en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Este estudio abre la puerta a nuevas investigaciones y sugiere que las pautas de salud pública deben incluir estrategias para mejorar no solo la cantidad, sino también la consistencia del sueño en la población.