Durante el estudio, los participantes registraron regularmente su hambre y apetito. (Foto: Envato)

La hora a la que hay que dejar de comer según la Universidad de Harvard

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El verano ha comenzado oficialmente en España, trayendo consigo temperaturas cálidas en todo el país. Esto ha llevado a muchas personas a buscar formas de perder unos kilos por temor a tener que lucir trajes de baño en piscinas o playas. A esto se le conoce comúnmente como la 'operación bikini', aunque cada vez se está desmitificando más esta idea. Sin embargo, esto está lejos de ser la realidad.

Según Boticaria García, doctora en Farmacia y graduada en Nutrición Humana y Dietética, las famosas "dietas milagro" que prometen una pérdida de peso rápida, sin esfuerzo y sin hacer ejercicio, pueden causar graves problemas a medio y largo plazo en el organismo, como estreñimiento o ansiedad, e incluso pueden desencadenar trastornos de la conducta alimentaria, como el atracón.

Sin embargo, un estudio realizado por la prestigiosa Universidad de Harvard el 4 de octubre de 2022 confirma que cenar tarde puede dificultar la pérdida de peso. ¿Cuál es la razón de esto? Es posible que hayas escuchado el popular dicho "desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo". Esto se conoce como crononutrición. Veamos en qué consiste.

En primer lugar, es importante comprender el concepto de crononutrición. Se trata de alimentarse según nuestros relojes biológicos, ya que los alimentos tienen diferentes efectos en el organismo dependiendo de la hora en que se consuman.

En este sentido, programar inteligentemente los horarios de las comidas es crucial si deseas tener éxito en tu dieta y perder peso, independientemente del tipo de dieta que estés siguiendo.

"Queríamos investigar los mecanismos que pueden explicar por qué comer tarde aumenta el riesgo de obesidad", explica Frank Scheer, profesor de medicina en la HMS y director del Programa de Cronobiología Médica en la División de Trastornos Circadianos y del Sueño en Brigham and Women's, en un comunicado.

En el estudio participaron dieciséis personas con sobrepeso u obesidad. "Cada participante completó dos protocolos de laboratorio: uno con un horario de comidas temprano estrictamente programado y otro con las mismas comidas, pero programadas aproximadamente cuatro horas más tarde en el día", explican.

"En este estudio, nos preguntamos si importa el momento de las comidas cuando todo lo demás se mantiene constante", destaca Nina Vujović, investigadora del Programa de Cronobiología Médica.

Durante el estudio, los participantes registraron regularmente su hambre y apetito, y proporcionaron muestras de sangre a lo largo del día. También se midieron su temperatura corporal y gasto de energía.

"Para evaluar cómo el momento de las comidas afectaba las vías moleculares involucradas en la formación de grasa, se tomaron biopsias de tejido adiposo de algunos participantes durante las pruebas de laboratorio", indican.

Los resultados revelaron que comer más tarde tuvo efectos en el hambre y en las reguladoras del apetito, específicamente en la leptina y la grelina. Los niveles de leptina, que indican saciedad, disminuyeron a lo largo de las 24 horas en las condiciones de alimentación tardía en comparación con las condiciones de alimentación temprana.

Al comer más tarde, los participantes quemaron calorías a un ritmo más lento y mostraron una expresión génica en el tejido adiposo que favorecía el aumento de la formación de grasa y la disminución de la lipólisis, lo que promueve el crecimiento del tejido graso. Estos nuevos hallazgos confirman la correlación entre comer tarde y un mayor riesgo de obesidad.

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