Los primeros síntomas del déficit de atención en personas adultas
En España, se estima que entre uno de cada veinte y uno de cada diez niños padece el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP). A pesar de ser comúnmente asociado con la infancia, el TDAH no desaparece al llegar a la adultez. De hecho, muchos adultos siguen enfrentando problemas relacionados con este trastorno, que pueden manifestarse de manera distinta a como lo hacen en la niñez.
Tal y como explica el portal de salud Healthline, el diagnóstico del TDAH solo debe ser realizado por un profesional capacitado, quien, a través de diversas pruebas y evaluaciones, determinará la intensidad de los síntomas y su impacto en la vida diaria de la persona, ya sea en niños o adultos.
Características y tipos del TDAH
El TDAH se caracteriza por varios síntomas clave que afectan la vida diaria del individuo. Estos incluyen:
Falta de atención
Impulsividad
Desregulación emocional
Hiperactividad
Existen tres tipos principales de TDAH, cada uno con características específicas:
Presentación predominantemente inatenta: Anteriormente conocido como TDA (Trastorno de Déficit de Atención), este tipo se caracteriza por una gran dificultad para organizarse y completar tareas.
Presentación hiperactiva-impulsiva: Las personas con este tipo de TDAH tienen dificultad para quedarse quietos y controlar sus impulsos. Se suele ver una tendencia a hablar sin medir las consecuencias y dificultad para escuchar instrucciones.
Presentación combinada: Como su nombre indica, este tipo combina características de los dos anteriores, mostrando tanto falta de atención como impulsividad e hiperactividad.
Uno de los mayores retos para diagnosticar el TDAH en adultos es que muchas personas aprenden a "enmascarar" sus síntomas a lo largo de los años, desarrollando estrategias que ocultan las manifestaciones del trastorno y permiten una vida social y laboral funcional. Esto hace que el diagnóstico en adultos sea más complicado que en los niños.
El proceso diagnóstico en adultos implica varios pasos, que incluyen:
Revisión del historial personal: El profesional interesándose por la historia del paciente, incluyendo su desempeño escolar, comentarios de profesores, problemas con tareas, tendencia a perder objetos y otros comportamientos típicos.
Evaluación de dificultades actuales: Esto implica analizar el desempeño en el trabajo, en la vida académica, las relaciones personales y la gestión de responsabilidades. A menudo se consulta con personas cercanas para obtener una visión más completa.
Escalas normalizadas de conducta: Estos cuestionarios permiten evaluar los comportamientos comunes del TDAH y su intensidad.
Descartar otras condiciones de salud mental: Se deben excluir trastornos del ánimo, dificultades de aprendizaje u otros problemas médicos que podrían presentar síntomas similares a los del TDAH.
Descartar condiciones fisiológicas: Se investigan posibles trastornos como la epilepsia o problemas tiroideos que pudieran estar detrás de síntomas parecidos al TDAH.
Síntomas en Adultos
Los adultos con TDAH pueden mostrar diversos síntomas que afectan tanto su vida laboral como social. Algunos de los más comunes son:
Cambio frecuente de trabajos
Desempeño inconsistente en el trabajo o estudios
Dificultades para gestionar tareas cotidianas
Tendencia a olvidar citas o pagar facturas
Problemas para mantener las cosas ordenadas
Sentimientos de frustración por no cumplir metas
Problemas en relaciones interpersonales debido al desorden
Los síntomas pueden variar según el tipo de TDAH. En el caso de la presentación predominantemente inatenta, los adultos podrían experimentar:
Frecuencia en la pérdida de objetos
Dificultad para organizarse
Distracción fácil
Olvido de tareas o instrucciones
Evitación de tareas que requieren atención sostenida
En la presentación hiperactiva-impulsiva, los adultos tienden a:
Ser incapaces de quedarse quietos
Hablar constantemente o interrumpir a los demás
Sentir una inquietud constante
Tener problemas para mantenerse en silencio en situaciones que lo requieren
Es importante destacar que estos síntomas deben ser persistentes a lo largo del tiempo. Si los signos son ocasionales, no se considera que indiquen la presencia de TDAH.
Qué hacer después del diagnóstico
Una vez que un adulto recibe el diagnóstico de TDAH, el siguiente paso es desarrollar un plan de manejo para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Este plan puede incluir diversas estrategias, dependiendo de la gravedad de los síntomas y el impacto que tengan en la vida del paciente.
Algunas de las estrategias más comunes incluyen:
Medicación: Aunque no siempre es necesaria, en algunos casos se recetan medicamentos para controlar los síntomas del TDAH.
Psicoterapia: Terapias como la cognitivo-conductual pueden ayudar a los adultos a manejar los síntomas y aprender estrategias para mejorar su funcionamiento diario.
Cambios en el estilo de vida: Modificaciones en la dieta, la práctica regular de ejercicio y la mejora de los hábitos de sueño pueden ser parte del tratamiento.
Es fundamental recordar que el TDAH no es solo un trastorno de la infancia; sus consecuencias y síntomas pueden persistir en la adultez, afectando significativamente la calidad de vida. Por ello, es crucial buscar ayuda profesional si se experimentan dificultades relacionadas con el TDAH, ya que un diagnóstico temprano y un plan de tratamiento adecuado pueden marcar una gran diferencia en la vida de las personas afectadas.